nosotras

Instinto nació en un barco rompehielos en un barco hacia la Antártida. Dos mujeres unimos nuestra pasión y experiencia para crear expediciones auténticas.

Somos Maigua y Tania. Dos mujeres con historias diferentes pero un mismo instinto: movernos, sentirnos vivas, hacer cosas que nos reten y compartirlo con otras mujeres que también están buscando algo más.

Antes de fundar Instinto Expediciones, nos unieron muchas cosas: la curiosidad por descubrir nuestros límites, las ganas de superarnos y una amistad que nació recorriendo los desiertos más extremos del mundo en autosuficiencia.

Sí, cinco desiertos en un año. 250 km en cada uno. Cruzamos a pie Namibia, el desierto del Gobi, Jordania, Atacama y la Antártida. Nos convertimos en la 9ª y 10ª mujeres en el mundo en completar este reto que lleva 21 años haciéndose. Pero eso no es lo que más nos marcó.

Lo que nos cambió

Siendo honestas, lo que nos cambió fue lo que vivimos entre paso y paso: dormir en el suelo bajo las estrellas, enfrentarnos al miedo y al agotamiento extremo, cuidarnos sin hablar, reírnos con tierra hasta en las pestañas. Vivir con lo justo. Descubrir que no necesitábamos tanto.

La idea de Instinto Expediciones nació en medio de una de esas experiencias. Estábamos en el Pasaje de Drake, paso donde se crean las olas más grandes del mundo, cruzando en barco hacia la Antártida. Las dos tumbadas en el catre de nuestro camarote hablando sobre la necesidad de que otras mujeres como nosotras experimentasen lo que nosotras estábamos viviendo: 

«Esto que estamos viviendo tenemos que compartirlo. No para que otras mujeres hagan exactamente lo mismo, sino para que vivan algo propio. Algo que las despierte, las sacuda y las reconecte. Esto te cambia la vida.».

Instinto es la manera en la que decidimos devolver todo lo que aprendimos en esos viajes: la capacidad de sorprenderte de ti misma, de confiar en tu ritmo, de encontrar claridad cuando te alejas del ruido.

No empezamos este proyecto desde un escritorio, sino desde nuestras mochilas, nuestras ampollas, nuestros silencios en medio del viento. Y fue después de días de desierto, noches sin dormir y cientos de kilómetros recorridos que nos dimos cuenta de que la verdadera conquista no era la distancia, sino todo lo que habíamos soltado para llegar hasta allí.

“Correr en montaña supone exploración y autoexploración. Es un viaje hasta la cima de tus posibilidades. Una aventura hacia lo más profundo de nuestro ser más honesto y auténtico. En las montañas las utopías se comprueban y los sueños se materializan”.

«Cuando comienzas a tomar la vida con curiosidad, la vida se convierte en una increíble aventura»

Elige. Viaja.
Vive tu instinto.

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.